La música recorre todo su cuerpo y lo mueve hasta hacerlo doler. Hija de bailarina y nieta de un conocido compositor argentino, Tito Francia, Sofía adora bailar. Siempre fue uno de sus principales placeres y hoy es también su forma de ganarse la vida. Tras 13 años aprendiendo la rigurosa técnica del ballet clásico, se dejó seducir por el tango. Y no solo eso. Este baile, nacido en la ribera del Río de la Plata a finales del siglo XIX, hizo despertar el amor entre Sofía y uno de sus compañeros de baile, Claudio. Ahora más que nunca, los sentimientos que interpretan cuando suben arriba del escenario están a flor de piel.Contineu llegint el reportatge i mireu el video aqui
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